Muchos pastores esperan hasta que los servicios estén demasiado llenos y los estacionamientos sin más espacio para entrar en acción. Para ellos la oportunidad de construir ha avanzando demasiado.
Los buenos líderes tienen la habilidad de anticipar la necesidad futura de la congregación. Ellos se adelantan en el proyecto para construir y animan a la congregación a ejercitar la fe y estar preparados para lo que Dios hará en el futuro. Cuando hay una visión clara, habrá planes de antemano.
A veces las iglesias han sido criticadas por las prioridades mal enfocadas, gastando el dinero construyendo edificios en lugar de mandarlo a las misiones, locales y otras actividades ministeriales. Tal vez la crítica ha sido justificada en algunas ocasiones, pero mi experiencia ha sido que las iglesias necesitan tener una fuerte base local primero para así entrenar personas para otros ministerios.
Sin ninguna base fuerte, y saludable, muchas misiones de largo plazo sin intención llegarían a ser de corto plazo. La gran comisión va mano a mano con el discipulado local, para que haya fuerza local es necesario tener misioneros duraderos impactantes. Las cons- trucciones de iglesias son herramientas necesarias para edificar a la iglesia a nivel mundial. Ha habido pastores que han construido unas iglesias maravillosas, pero para el tiempo que han terminado el edificio han perdido la mitad o más de la congregación. Para evitar que esto suceda, un pastor con éxito levanta primero a su pueblo antes de levantar un edificio. Ellos comprenden que Dios reside en los corazones de su pueblo y no en una estructura de ladrillos y cemento.
Debemos de estar claros en esto. No hay “edificios maravillosos de iglesias” sino una iglesia de personas maravillosas. El construir un edificio nuevo para la iglesia deberá ser un tiempo de crecimiento y unidad, y no una experiencia ofensiva y de presión.
Al sentir carga por los pastores e iglesias que han pasado por esta situación, y ayudar al pastor durante ese tiempo de crisis fundé CAM (Centro de Asesoría en Mayordomía), con la meta de ayudar a la iglesia local a construir su edificio sin destruir a su pueblo.
Aun puedo ir mas allá y decir de que no solo la gente ha dejado la iglesia durante el tiempo de construcción del edificio, sino que hay muchos buenos pastores que han dejado la iglesia y el ministerio por una mala experiencia con el programa de la construcción.
Esto quebranta mi corazón. Hay algunas maneras en que el pastor puede inyectar la visión y unidad durante un programa de construcción.
Primero:
El reto del líder es de traer un sentido de permanencia de la visión a la gente. Una comunicación informativa, creativa y frecuente es de vital importancia. Es decirle a la gente lo que se sabe y lo que no se sabe, porque la gente se mantiene entusiasmada cuando esta informada. Preguntas sin contestaciones causan murmuraciones. El líder comunica la necesidad del ministerio a la gente al mostrarle hacia donde Dios los esta llevando y animándolos a que tomen la jornada juntos. La gente creerá en el líder que se comunica y cree en ellos.
Segundo:
Es vital involucrar el número máximo de personas en el liderazgo del proyecto porque:
• En donde la gente se involucra, adquieren un sentido de permanencia.
• En lo que ellos tengan un sentido de permanencia, ellos apoyarán.
• En lo que ellos apoyen, se lo dirán a otros.
Tercero:
El pastor no debe estar enredado tanto en el “proyecto” que se olvide de amar y animar al rebaño constantemente.
El liderazgo del pastor es diferente a su involucramiento. Pero, el pastor debe involucrar a otras personas en los detalles. El asunto no es si va haber un equipo o no. El asunto es, ¿Como es que este trabajo puede ser logrado mejor involucrando a las personas correctas en el tiempo correcto para que hagan el trabajo correcto?