CAM - Centro de Asesoría en Mayordomia
Todo comienza con la oración, Dios pone en mi corazón el gran trabajo que El quiere que yo haga. La oración libera el poder y la unción de “Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros (Ef.3:20).
Prov. 29:18 dice, “Donde no hay visión, el pueblo perece.” Dios proporciona la visión - los sueños y metas - para el trabajo que El quiere que nosotros hagamos. El desafío del líder es el de animar a la gente a apropiarse de esa visión.
Todo sube o baja dependiendo del liderazgo. Yo, como pastor por 32 años me dí cuenta que la responsabilidad principal de dirigir siempre estaba sobre mis hombros. Hubo tiempos cuando deseé la ayuda de alguien más, aparte de mi equipo de líderes, alguien que viniera al lado mío y se asociara conmigo. Como dicen las Escrituras: “con la ayuda de Dios, uno puede hacer huir a mil pero dos juntos pueden hacer huir a diez mil.” Deut. 32:30.
Es importante para nosotros ser sensibles al tiempo de Dios. Ha sido mi experiencia que la mayoría de las iglesias esperan demasiado tiempo para comenzar una campaña de mayordomía.
Están como los hijos de Israel quienes tuvieron la oportunidad de entrar a la tierra prometida después que salieron de Egipto; pero en vez de ser obedientes al tiempo de Dios, ellos se resistieron y perdieron la oportunidad de su generación.
Como resultado, pasaron 40 años antes de que cruzaran el Rió Jordán hacia Canaán.
Cuando Moisés se estaba agotando por tratar de hacer todo solo, Jetro le mostró que el necesitaba otros líderes para ayudarlo a sobre llevar la carga.
Lo mismo pasa en una campaña de mayordomía. Para cumplir La visión de Dios en la iglesia, es básico tener el apoyo de los líderes de la iglesia.
El hacer un gran trabajo para Dios no se trata de pedir dinero. Se trata de “crecimiento espiritual”. Cuando enseñamos la palabra de Dios y permitimos que el Espíritu Santo trabaje en los corazones de La gente, Dios hace milagros.
He visto el más grande crecimiento espiritual en mi gente durante los tiempos en que se vieron retados a esforzarse al máximo.
Una campaña exitosa de mayordomía puede que sea la oportunidad más significativa para un crecimiento espiritual que su gente pueda llegar a experimentar.
Mi experiencia me ha mostrado que la gente usualmente tiene aversión contra aquello en lo cual no está al tanto. Es por ello que la comunicación es tan importante. El líder debe comunicarle al pueblo a donde los está llevando Dios y luego lograr que todos juntos hagan la jornada.
Con buena comunicación, el líder no sólo creé en la gente, la gente creé en el líder.
El compromiso es crucial. Ningún gran trabajo para Dios se ha logrado sin compromiso. Comenzando con los líderes y siguiendo con la gente, cada persona debe correr la carrera para ir en pos del galardón.
Tal como Pablo, cada uno debe decir al final “he peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe.” 2da Timoteo 4:7.
Se requiere integridad en cada nivel de la campaña. El llamado de Dios debe ser claro y los corazones de los líderes deben estar dedicados a Su propósito.
Cuando un consultor de CAM se compromete a conducir la campaña, su agenda consiste en ayudar al liderazgo de la iglesia a hacer dos cosas: agradar a Dios y proporcionar un mejor futuro para la gente.
La experiencia permite que el líder planee la campaña para asegurar la victoria. Permite a la iglesia el fijar y alcanzar las metas la primera vez que se intenta. Esto es vital, porque cuando una iglesia trata y falla, rara vez logra una segunda oportunidad para triunfar.
Esta es una de las razones por las que fundé CAM, para compartir el beneficio de mi experiencia con usted. Oro porque Dios le bendiga con gran éxito en su jornada de crecimiento.